En enero de este año en la Feria del Turismo, FITUR 2020, el sector hizo balance con unos resultados magníficos: en 2019 se alcanzó el séptimo año de récord consecutivo con 83,8 millones de turistas extranjeros que gastaron 92.337 millones de euros, sólo Estados Unidos nos superó en ingresos a nivel mundial. Nuestro país se ha consolidado como el segundo mayor destino turístico del mundo, sólo por detrás de Francia y por delante de Estados Unidos. También el pasado año los datos confirmaron un cambio de tendencia, entrando un turismo de más calidad que gastó más, no sólo en el atractivo de sol y playa sino visitando el resto del año los muchos y variados alicientes que ofrece nuestro país, con un incremento importante en el turismo de negocios, cultural, gastronómico, deportivo, etc., convirtiéndonos en el país turístico más competitivo del mundo.

Para este año 2020, el sector turístico esperaba un año similar a 2019, con un crecimiento del PIB turístico del +1,5%, por debajo del crecimiento de la economía que se estimaba en +1,7%, pero repitiendo el récord de turistas y gasto. Sin embargo, el Covid-19 ha roto todas las previsiones y ha llevado el sector, como muchos otros, a reclamar al Gobierno ayudas y estímulos.

Desde COPYME (Confederación General de las Pequeñas y Medianas Empresas del Estado Español) y CIAE (Confederación Intersectorial de Autónomos del Estado Español) damos nuestro apoyo para incentivar a un sector donde unas 400.000 empresas forman parte de los distintos ámbitos del turismo español, en el cual los autónomos y las pymes dominan ese paisaje, según el INE EL 78,7% de las empresas turísticas cuentan con dos empleados o menos y solamente 1.108 empresas, el 0,3% del total, cuentan con 100 empleados o más. Al mismo tiempo creemos que es necesario aprovechar la reconstrucción de la economía para planificar el futuro de la primera industria española, realizando un Plan Renove que modernice lo que ya está obsoleto. Se necesita emprender una revolución digital de la oferta para la captación de clientes en todo el mundo, desgraciadamente este atraso ocasiona que una gran parte de los ingresos que genera el turismo queda en manos de empresas extranjeras.

Es preciso no olvidar que el turismo es un sector económico muy vulnerable que se debilita más que otro ante cualquier agente externo. Es un hecho que el turismo es nuestra primera industria y representa el 14% del PIB, la principal fuente de divisas. Para seguir manteniéndola hay que subsanar los inconvenientes que le quitan dinamismo y establecer una fluida colaboración entre el Gobierno central, las autonomías, las actividades económicas del sector y los trabajadores. Sería importante alcanzar un gran Pacto turístico donde se expongan los objetivos, prioridades, inversiones, las ayudas y establecer una mejor conexión y cooperación con otras actividades de la economía real.

Desde CIAE y COPYME queremos precisar que atender al sector turístico no significa emplear la mayor parte de los recursos en esa actividad clave. Como organizaciones que atendemos a otros sectores productivos, también creemos que dentro del marco de la reconstrucción es necesario equilibrar y atender a otras actividades que durante décadas han sido relegadas por las diferentes Administraciones, y han hecho, por ejemplo, de la «turistización» en las ciudades un problema de desequilibrios y de conflictos con los vecinos y con otros sectores comerciales. Constatamos cómo las instituciones públicas han gastado recursos en el mantenimiento y mejora de los cascos históricos para ampliar las oportunidades de negocio turístico en perjuicio de la atención comercial a otras zonas periféricas de la ciudad. Otro tanto ha ocurrido en zonas rurales donde en pro de infraestructuras turísticas se han desatendido las necesidades de autónomos y pymes de esas zonas. En consecuencia, si uno de los lemas de estos meses ha sido no dejar  a ningún sector desatendido, pedimos que se haga de manera que el reequilibrio, la innovación, el respeto a la calidad y al mediambiente sean un modelo para el futuro desarrollo de una nueva economía.