Las peluquerías, barberías y salones estéticos llevan muchos años reclamando a los diferentes Gobiernos una bajada del actual 21% de IVA, un factor primordial que influye en las constantes pérdidas del sector de la imagen personal. Se estima que casi el 50% tiene difícil la supervivencia a corto plazo y este 2021 puede ser para ellos la puntilla definitiva.
Nos tenemos que remontar al 2012 cuando la situación fiscal comenzó a modificarse, ese año se produjo una subida de los tipos general y reducido del IVA, del 18% al 21% y del 8% al 10% respectivamente. Esa modificación del impuesto afectó profundamente a diversos servicios y productos que tributaban por el tipo reducido del 8% que pasaron al 21%, entre los cuales se encontraban las peluquerías, los servicios veterinarios a animales de compañía, los servicios funerarios, los gimnasios, los espectáculos en vivo o el cine. Todos ellos lucharon desde ese instante por una reducción del IVA, sin embargo, por el momento sólo los dos últimos han conseguido la ansiado reducción (los conciertos, la danza y los taurinos lo lograron en la Ley de Presupuestos del Estado de 2017 y el cine en los de 2018).
CIAE siempre ha manifestado que el IVA del 21% a las peluquerías era una medida severa que afectaba fatalmente a los autónomos y autónomas del sector, ya que este impuesto recae sobre el consumidor final: el sector son simples recaudadores que ingresan ese IVA y lo devuelven a la Administración. Sin embargo, sí afecta al precio que ofrecen sus servicios, ya que un IVA al 21% es el precio final que paga el cliente. Esto obliga a subir los precios o bien, para no perder clientela, a disminuir sus ya menguados beneficios.
Durante este tiempo de pandemia, el sector ha tenido también que invertir en adecuar los salones a unos protocolos higiénico-sanitarios muy estrictos y rigurosos en su actividad para garantizar la conveniente protección de los clientes.
La suma de todo ello está llevando al sector a un callejón sin salida. En consecuencia, este 20 de enero se realizará una protesta masiva en 77 ciudades de España, es un grito desesperado por la supervivencia del colectivo que reclama la bajada del IVA al 10%, para aliviar su maltrecha economía e impida bajar definitivamente la persiana del negocio.