Las ayudas a pymes, autónomos y familias para afrontar el postcovid-19 no paran de aumentar, lo cual significa que el endeudamiento del Estado a causa de la crisis sanitaria es también creciente. Desde CIAE (Confederación Intersectorial de Autónomos del Estado Español) y COPYME (Confederación General de las Pequeñas y Medianas Empresas del Estado Español) sostenemos que España necesita dar rápidos pasos para afrontar la tarea de la reconstrucción y debe replantearse muchos de los paradigmas económicos y fiscales que han estado funcionando hasta ahora. Es urgente abordar las reformas estrategicas sobre las cuales se basa el impulso económico que necesita el país para la mejojra del bienestar social y combatir la desigualdad, que ha crecido como consecuencia de la pandemia.

En recientes declaraciones el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recordó la necesidad de recortar la brecha de recaudación que tiene España con Europa. Esta brecha supone 6,2 puntos del PIB, equivalente a más de 74.000 millones de euros. Esta cifra permitiría cerrar por completo el déficit público estructural de España y quedarían 35.000 millones de superávit. Partiendo de ese comentario, desde CIAE y COPYME consideramos de vital importancia implementar la progresividad fiscal y adoptar medidas que incidan en la capacidad recaudatoria de los impuestos. Es preciso atajar las grandes bolsas de fraude explicando a la ciudadanía con mensajes claros la necesidad de llevar a cabo esa tarea, al tiempo que debe combatirse la constante campañas anti-impuestos que realizan permanentemente los defensores del Estado mínimo.

En consecuencia, para combatir los escenarios más adversos sobre la caída de la economía en 2020 y una débil recuperación en 2021, no hay más camino que una política fiscal expansiva y el mantenimiento de las ayudas a las pymes y a los autónomos, sosteniendo el empleo y protegiendo las rentas salariales. No podemos repetir otra vez los errores de las políticas de austeridad y condenar la economía real a una salida lenta y dolorosa, con elevados costes sociales, como sostienen los grandes organismos económicos que condujeron la anterior crisis, el Banco de España, entre otros, entidad que además recomienda una subida sustancial del IVA.

Hay recetas para todo tipo de salidas. En esta nota exponemos brevemente algunas medidas que consideramos de gran importancia. Si tomamos por referencia la Estadística de Datos Consolidados de Sociedades, las grandes empresas tributan a un tipo efectivo sobre el resultado contable en el impuesto de sociedades del 7,88%, mientras que las medianas empresas lo hacen al 13,65% y las pequeñas al 18,78%, cuanto más grande es la empresa, menor tipo efectivo tiene de impuesto de sociedades. Además, según datos de tributación de Hacienda, hay multinacionales que pagan menos del 1% de impuesto de sociedades. Creemos, por lo tanto, que es preciso incidir en la fiscalidad efectiva de los grandes grupos empresariales que debieran tributar por un tipo efectivo mínimo sobre el resultado contable común a todas las empresas.

Requerimos aumentar la contribución en el IRPF de las rentas elevadas, en las que se ha producido durante y después de la crisis la concentración de la renta, y sobre todo hay que integrar de nuevo en la progresividad de su tarifa general la tributación de las rentas de capital, al mismo tiempo, y para combatir el deterioro medioambiental, es preciso establecer una fiscalidad que vaya en la línea de «quien contamina paga» reforzando el vínculo entre tipo impositivo y las emisiones de CO2.

Creemos que un país moderno necesita la imposición de nuevos tipos que graven los espacios donde se genera un nuevo valor añadido de los procesos, principalmente asociados a los financiero o digital. Se debe atajar el problema de las casi 3.500 SICAV que esconden un patrimonio de casi 31.500 millones y que solo tributa al 1%. Es ya el momento de poner en marcha una verdadera imposición sobre las grandes fortunas y patrimonios, y sobre las herencias y donaciones, los más ricos de nuestro país siguen evadiendo impuestos desconociendo lo que es contribuir al bienestar general.

Es preciso adecuar los impuestos a la realidad de la crisis referente a las Entidades Financieras, fondos de capital riesgo y SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria), que son un tipo de sociedades anónimas inmobiliarias que gozan de un régimen fiscal especial. En consecuencia, nunca más una fiscalidad regresiva que afecte exclusivamente a los agentes de menores ingresos, apelamos a la fiscalidad progresiva, a la contribución porcentual según los ingresos.